Matteo Borrini de la universidad de Florencia en Italia encontró el esqueleto de la mujer con un pequeño ladrillo en su boca mientras se realizaba una excavación en una fosa común en la isla de Lazzaretto, lugar que se convirtió en refugio de las víctimas de las plagas que asolaban la zona en la edad media.
En la época en la que la mujer murió, mucha gente tenía la creencia de que las plagas eran propagadas por los vampiros, los cuales además de alimentarse de la sangre de las personas extendían las plagas al escapar mordiendo las mortajas con las que eran enterrados. Para evitar que escaparan de estas en algunos casos los cadáveres de personas que se suponía podrían regresar de sus tumbas como vampiros eran enterrados con un ladrillo en la boca que les impediría morder las vendas que les cubrían y escapar propagando las plagas que asolaban la región.
La creencia en los vampiros probablemente surgió a consecuencia de que algunos cadáveres infectados por las plagas de la época expulsaban sangre por la boca al ser enterrados, esto mojaba las mortajas con las que eran enterrados.
Borrini presentó recientemente su descubrimiento en un encuentro en la Academia Forense Americana en Denver, Colorado. Argumentando que este cadáver podría ser el primero de un "vampiro" examinado por forenses.
Obviamente el esqueleto extraido de la fosa común de las víctimas de la plaga veneciana de 1576 no se trata de un vampiro real, pero si constituye el primer caso que puede documentar sobre cuales eran los métodos para "exorcizar" los cadáveres de los supuestos vampiros y los métodos que se creían eficaces en la época para combatir a los chupasangres.
El doctor Peer Moore-Jansen de la Universidad el Estado de Wichita en Kansas asegura haber encontrado tratamiento similar a algunos esqueletos desenterrados en Polonia y aunque considera el descubrimiento de Borrini excitante objeta que es muy osado nombrar a su esqueleto como "el primer vampiro encontrado".
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